“Vivimos tiempos extraordinarios y complejos”
Son cada vez más las empresas que se apoyan en una consultoría IT para poder desenvolverse en el mundo TIC (el mundo de las tecnologías informáticas y de la comunicación).
Vivimos tiempos extraordinarios y complejos, donde la realidad “real” y la virtual se entremezclan y a menudo se confunden.
Tenemos grandes amigos en redes sociales que nunca hemos visto, amoríos sin contacto físico, pagamos los servicios a través del móvil, vamos de tiendas, compramos billetes de avión, pagamos en el mercado con dinero virtual y nos divertimos luchando en otros mundos con amigos que se encuentran en otros países.
El metaverso, la vida en mundos alternativos, utilizando avatares, es decir, “sustitutos”, se ha ido filtrando desde hace décadas, incluso antes de la aparición de internet, en el desarrollo web y los grandes avances en la IA (Inteligencia Artificial).
¿En qué consiste el metaverso?
El término metaverso se ha popularizado en años recientes, sobre todo a raíz del cambio de nombre de Facebook, Inc. por el de Meta Platforms, Inc., del programador y empresario estadounidense Mark Zuckerberg.
Pero desde mucho antes se ha utilizado para hablar de la posibilidad, cada vez más próxima, de que los seres humanos podamos hacer todas nuestras interacciones cotidianas (trabajar, hacer las compras, relacionarnos y divertirnos) en espacios de realidad virtual donde se integren las distintas plataformas y posibilidades creadas por el extraordinario desarrollo web de las últimas décadas.
Deben darse varias condiciones para que podamos hablar de metaverso: acceso al mundo virtual en primera persona, poder interactuar con otros usuarios, que el “universo” siga existiendo, aunque yo no esté, y que se puedan realizar actividades que persistan en el tiempo y el espacio virtual.
Pero, ¿cuáles son sus orígenes?
“Todo lo que una persona puede imaginar, otras podrán hacerlo realidad”. La frase es de Julio Verne, que no imaginó internet, y mucho menos el multiverso, pero acertó con esta sentencia, pues, como muchas otras cosas, el multiverso pudo haber sido concebido por los griegos.
De algún modo, el mito de la caverna, la manera como los mortales interactuamos en un mundo de imágenes que son reflejo de otro, que es exterior y real, es un acercamiento sugerente, y desde muy lejos, del filósofo Platón al mundo TIC.
Aunque una aproximación más real, y que además proporcionó el nombre que nos ocupa, fue la del escritor estadounidense Neal Stephenson, autor de la novela de ciencia ficción Snow Crash (1992), y donde inventa el término “metaverso” para referirse al ciberespacio, y la posibilidad de crear un mundo virtual donde todas las personas actuaran a través del uso de un “avatar”.
El mundo del cine también ha hecho múltiples referencias a la posibilidad de vivir y morir en mundos virtuales.
Películas como la famosa saga de Matrix, de las hermanas Wachowski, Días extraños, de Kathryn Bigelow, o Los sustitutos, dirigida por Jonathan Mostow y protagonizada por Bruce Willis, son algunos de los acercamientos a las posibilidades y peligros del metaverso.
El metaverso: un multiverso en evolución
En 2003, Philip Rosedale, a través de Linden Lab, creó “Second Life” (SL), la primera comunidad virtual a la que se puede ingresar de forma gratuita por internet, en la que los “residentes” pueden comprar propiedades, interactuar con otros “residentes” y realizar distintas actividades.
SL es considerada una de las experiencias más cercanas a la implementación de un metaverso, que, a pesar de algunas limitaciones gráficas, logró cruzar la línea del entretenimiento hacia espacios como la educación o relaciones sociales y comerciales más profundas.
No podemos dejar de mencionar un microscópico contribuyente que dio un empuje extraordinario al desarrollo web, y a la multiplicación de empresas de consultoría IT: el covid-19.
El encierro provocado por la pandemia y el confinamiento de gran parte de la humanidad brindó un nuevo impulso a las redes sociales y a distintas plataformas y aplicaciones para facilitar la vida social y crear nuevas formas de trabajar y hacer negocios.
Tampoco se puede desdeñar el papel jugado por los videojuegos en la elaboración y desarrollo de gráficos cada vez más realistas.
En 2021, todavía en plena pandemia, Facebook anunció su conversión en Meta, y su proyecto de invertir para dar un mayor empuje a la consolidación del metaverso.
¿Estamos hablando del futuro del futuro?
El metaverso sigue siendo un multiverso, múltiples plataformas, motores de búsqueda, aplicaciones y distintos software y hardware (los visores 3D juegan un papel importante en el multiverso), conectados de distintas maneras con el mundo real.
Finanzas (bitcoins, propiedades virtuales, NFT, dinero real, acciones, etc.), videojuegos, redes sociales, telemedicina (desde consultas hasta cirugías a distancia), clases, conferencias, reuniones de negocios con avatares, compras, servicios de asistencia, y un gran etcétera, son solo parte de este multiverso en formación.
Un multiverso lleno de posibilidades, pero que no deja de generar temor: ¿no estará acaso la tecnología aislándonos cada vez más? ¿Y llegará un momento en que no podamos diferenciar la IA de una persona real? Le pasó recientemente a un ingeniero de Google, y la cosa no terminó bien.
Ciertamente, se trata de un nuevo mundo y es posible que el multiverso por venir no sea del todo este que vemos tambalearse un poco, todavía. Hay un multiverso en camino.
0 comentarios